TRIBUNALES
Violencia de GéneroMachismo feroz en las parejas más jóvenes
Los fiscales alertan del nivel de maltrato en las nuevas generaciones con roles del pasado
Tras años de avances en igualdad, las relaciones enfermizas
siguen abonando la lacra de la violencia machista. Y hay un dato que a
lo largo de este año se ha perpetuado en la Comunidad Valenciana por el
que los expertos andan más que preocupados. Los malos tratos se han instalado en las parejas más jóvenes; en la franja que va de los 18 a los 25 años. El nivel de machismo es peligrosamente elevado en las nuevas generaciones.
A la vista está. Lo dicen los datos que manejan jueces y fiscales implicados en el tema.
Los
roles que se consideraban del pasado se están repitiendo en gente muy
joven. Con semejante estadística, ¿qué está fallando en las políticas
para frenar este problema?
El perfil de ellos siempre es el mismo: chicos agresivos, dominantes y controladores
a los que no les vale un 'no' por respuesta. El rol de ellas es el de
aguantarlo todo seducidas por una distorsión en el comportamiento de sus
parejas. Confunden control con protección y ahí es donde todo explota. La idea del príncipe azul 'tuneado'.
No hay duda de que estos jóvenes deberían saben la teoría. Pero parece ser que no es así, por lo que no reconocen la complejidad de la violencia de género. Los expertos no se sorprenden. Las víctimas no identifican el problema y lo normalizan.
Susana
Gisbert, fiscal de Violencia de Género de Valencia, y gran conocedora
de esta realidad es contundente. Los recortes han hecho mucho daño y así
lo atestigua. «Los recortes están dando sus frutos. La
falta de financiación en concienciación, en campañas hace que el
escenario sea este», explica. A su juicio, estas carencias hacen que
esta preocupación, apunta, «no sea transmitida a la sociedad como sí
ocurría antes».
«Igual que ha ido calando la concienciación, ahora sucede lo contrario. Cuanto menos informada y concienciada esté la sociedad, menos respuesta», argumenta.
La
cosa empieza tal que así. El chico considera que su novia no debe
hablar con otro hombre o cree que la forma en la que va vestida no es la
correcta. No se calla. No lo expresa. Lo impone directamente. «No vistas así, así no sales a la calle» o «no hables con este», son las frases más repetidas, la génesis del machismo en la pareja.
Las
chicas agachan la cabeza y obedecen. Es la forma en la que sus novios
se preocupan por ellas, la manera que tienen de protegerlas. Todo es por su bien.
El
siguiente paso es el de controlar el teléfono para revisar las llamadas
o las conversaciones de wassup. Él es quien decide qué está bien y qué
no; de qué se habla y de qué no; qué es gracioso y qué no lo es.
El último escalón de este conglomerado de celos y posesiones
es el de impedir a la pareja que pise la calle. Es el culmen. Es algo
que parecía ajeno a estos jóvenes, a los que se presuponía fuertes y
concienciados para luchar con la Violencia de Género por preparación y
educación, pero que no lo es. Ni muchísimo menos. Un «no salgas» que
retumba en la cabeza de la víctima con tanta fuerza que, en ocasiones,
es lo que les empuja a romper la relación.
Tampoco en
esta nueva fase, lo tiene fácil porque el chico no lo comparte y repite
comportamientos. Esta vez intensifica sus acciones. Es el momento de las coacciones.
Llamadas reiteradas y seguimientos a los trabajos, institutos,
universidad o a cualquier otra parte. El caso es no bajar la presión.
La chica puede llegar a tener hasta 50 llamadas en una misma tarde
si se niega a descolgar el teléfono. «La situación de estrés y agobio
es bastante significativa», precisan las mismas fuentes.Muchas de ellas
deciden denunciar pero después, tal como reconocen, hay «muchísimos»
quebrantamientos de órdenes de alejamiento.
Los patrones
sociológicos no sirven para clasificar a los maltratadores. No hay un
perfil concreto al que atenerse. Los hay con o sin estudios, de clase
humilde y acomodada. El universo es infinito.
Otro
dato a tener en cuenta es que, a lo largo de este 2016, más de dos
tercios de las denuncias corresponden a parejas de hecho, no a
matrimonios y en la mayoría de los casos, acreditan los expertos,
continúan la relación. Desde la Fiscalía de Alicante se muestran
pesimista. «Es un problema que difícilmente tiene solución.
El problema de la Violencia de Género es muy extenso. Mientras no haya
educación en el colegio y en las familias, no hay nada que hacer».
Comparten
la visión de la fiscal Susana Gisbert. «Lamentablemente es
tremendamente luchar con esto con los medios que tenemos en la
actualidad». «Trabajar así es muy complicado, muchísimo. No llegamos», concluyen las fuentes de la Fiscalía alicantina.
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